
METODOLOGÍA
Características de la intervención:

Intervención Conductual:
Mediante el uso de procedimientos conductuales, se persigue aumentar las conductas en déficit (el lenguaje o la interacción social, etc); reducir las conductas en exceso (estereotipias, rabietas, etc); y fomentar la adquisición de nuevas conductas y habilidades, que les permitan ser poco a poco más autónomos en su aprendizaje.

Entorno naturalizado:
Un elemento clave de la intervención es poder trabajar en un entorno naturalizado. Por eso, cuando el alumno está preparado para ello se incorporan a la intervención sesiones en el contexto natural (ya sea el propio domicilio, la escuela o la comunidad).
Inicio
temprano:
Este tipo de intervención se puede aplicar desde los 18 meses de edad cronológica del niño. No obstante, niños más mayores también pueden beneficiarse de la intervención.

Individualizada:
La intervención está totalmente configurada y adaptada para cada uno de los estudiantes. Además, las sesiones educativas se llevan a cabo en situaciones 1:1 (terapeuta - niño).


Entrenamiento a padres:
Los padres se convierten en un pilar imprescindible en la intervención. En cada uno de los casos, reciben un entrenamiento personalizado para poder dar una mayor consistencia a la intervención.

Globalidad:
Esta intervención actúa sobre todas las áreas del desarrollo. Desde la evaluación inicial, se pauta cuáles son las habilidades más inmediatas que se pueden aprender y se avanza en esta línea.