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ABA: Estructura de la intervención en Autismo
El trabajo que llevan a cabo los terapeutas ABA está altamente estructurado y definido, pero antes de adentrarnos en la estructura y funcionamiento de las sesiones educativas, debemos tener en cuenta diferentes factores imprescindibles a la hora de llevar a cabo nuestro trabajo diario.

Al empezar una intervención, siempre, siempre, se realiza una EVALUACIÓN INICIAL además de la entrevista con los padres, lo que nos ayuda a establecer una línea base en el desarrollo del niño. Gracias a esta evaluación que se complementa con la información que nos facilitan los papás, podemos saber exactamente qué habilidades tiene el niño y cuáles son las que necesita trabajar. Esto nos lleva al siguiente punto.
Sabiendo de qué punto partimos, pautamos unos objetivos de trabajo de cada área fácilmente evaluables para trabajar en un intervalo de tiempo concreto. ¿Qué significa?. Que debemos proponer objetivos definidos operativamente en términos de conducta de forma clara , completa y concisa. Por ejemplo, una definición operativa de una conducta-meta podría ser: Durante el próximo intervalo de 6 meses, se trabajará la habilidad de esperar 10” en los que el niño deberá permanecer sentado o de pie sin manipular ningún objeto y sin realizar ninguna actividad específica, y con un criterio de evaluación detallado: deberá tener un rendimiento superior al 90% durante 5 sesiones consecutivas de evaluación.
La definición de todos los objetivos a trabajar es lo que conocemos como PLAN DE INTERVENCION.
Pero ¿qué haremos para conseguir los objetivos del plan de intervención?
Cada conducta detallada en él, la desgranaremos en sub-habilidades más asequibles.
Siguiendo el ejemplo anterior, si queremos enseñar la habilidad de esperar 10” , empezaremos a trabajar por el primer nivel que necesite ser enseñado, ya sea enseñar el modo de respuesta o empezaremos a esperar 3”, etc., siempre en función de cuáles sean las necesidades del niño.
A partir de ese primer nivel, iremos aumentando la dificultad hasta adquirir el objetivo propuesto en el plan de intervención (esperar 10”).
Y lo haremos así con cada uno de los objetivos del plan de intervención, trabajando, por tanto, todas las áreas en una misma sesión educativa con una frecuencia aproximada, a no ser que se especifique lo contrario.
Pero no solo así conseguiremos avanzar. La definición de las conductas-meta apropiadas es un trabajo imprescindible para poder llevar a cabo una buena intervención, pero

Durante el desarrollo de las sesiones será igual de importante saber usar el reforzador positivo adecuadamente.
Del reforzador positivo hablaremos más adelante, pero solo comentaremos que sin un buen reforzador que permita que el niño esté altamente motivado durante toda la sesión, no conseguiremos que se de un aprendizaje de calidad y que perdure en el tiempo.
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