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TEA e Intervención conductual, temprana e intensiva
Los TEA (Trastornos del Espectro del Autismo) son trastornos del neurodesarrollo que se manifiestan durante los primeros años de vida del niño o niña.
Este trastorno se caracteriza principalmente por incidir en diversas áreas del desarrollo, como pueden ser la interacción social, la comunicación verbal y la no verbal, la presencia de estereotipias o comportamientos repetitivos, etc.
Pero realmente, cursa de manera diferente (aun manteniendo los mismos rasgos generales) en cada una de las personas afectadas, tanto a nivel de combinación de sintomatología como de grado de afectación.
A pesar de que los primeros signos de evidencia suelen manifestarse en edades muy tempranas, es alrededor de los 2 y 3 años cuando emergen los síntomas más evidentes.
Algunos de los síntomas que se manifiestan en los TEA son:
No hay contacto ocular
No muestra interés por otros niños
No señala
Ausencia de juego simbólico
Ausencia de balbuceo hacia los 16m de edad
Presencia de comportamientos autoestimulatorios
...
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales V (DSM-V) las principales características son: alteración social y comunicativa, presencia de patrones de comportamientos repetitivos y restringidos.
Pero más allá de mostrar los criterios diagnósticos del TEA, lo que pretende este post es resaltar la importancia de iniciar una intervención cuanto antes. El EIBI (Early Intensive Behavioral Intervention), es una tipo de ABA aplicado a niños menores de 5 años.
¿Por qué debemos iniciar la intervención cuánto antes?
Numerosos estudios demuestran que cuanto antes se inicia una intervención intensiva y conductual, mayor es el impacto de ésta y mejor el pronóstico.
En la siguiente gráfica, obtenida de NorTEA, vemos en NARANJA, la linea de desarrollo de un niño típico, y, en AZUL, la linea de desarrollo de un niño con TEA.

Vemos que es a partir de los 12 meses de edad cuando se empieza a hacer evidente la distancia entre ambos. Mientras que en esa edad la distancia es aun pequeña, ésta aumenta a medida que pasa el tiempo.
El objetivo de las intervenciones conductuales intensivas y tempranas es asemejar lo máximo posible, la linea de desarrollo de un niño con TEA a la de un niño con un desarrollo neurotípico. Por eso, si empezamos a trabajar pronto con el niño, la distancia con respecto a su igual será menor. Es lo que muestra la linea FUCSIA de la gráfica.
Además, cuanto antes se inicie una intervención, menos experiencia habrá tenido el niño con conductas que dificultan el aprendizaje (rabietas, autoestimulaciones, etc.), por lo que las reconduciremos con mayor facilidad y sustituiremos por conductas más apropiadas.
Estudios relacionados:
http://www.beca-aba.com/articles-and-forms/McEachin-Smith-and-Lovaas-93.pdf
https://pdfs.semanticscholar.org/5922/ec2fee2dfb2191286823297fa94c4f5d71a2.pdf
http://www.beca-aba.com/articles-and-forms/lovaas-1987.pdf